La amapola es un símbolo relacionado con el dios griego del sueño, Morfeo. Si en algún instante tuviste la oportunidad de ver crecer a una amapola, llega un momento, justo antes de florecer, en el que se puede observar un angosto tallo manteniendo un colosal capullo.
El dios Morfeo vivía en su mundo, en el planeta de los sueños, la fantasía y distanciado en oportunidades de la realidad. Fue enviado al planeta para vivir aquí y para gobernar sobre los sueños y la realidad de los mismos, estaba en sus genes esta tarea. Fue nacido de noche, su madre era Nix, la diosa de la noche y la oscuridad. Su padre se llamaba Hypnos, el gobernador del sueño.
También se asocia a las amapolas con el chakra Muladhara, el cual se puede abarcar mejor si buscamos el criterio del mismo en la red, ya que es un criterio muy riguroso para detallar en este preciso momento. Las amapolas también se tienen la oportunidad de ver en multitud de colores, pero frecuentemente los logramos hallar en color rojo, el color que corresponde con el chakra nombrado con anterioridad.
(adsbyGoogle = window.adsbyGoogle || []).push({});
En la simbología china, esta flor representa el descanso, la hermosura y el éxito. Sin embargo, estas asociaciones no son las únicas y pasa que también se relaciona con el exitación y la hermosura que piensa transcurrir una vida pragmática.
En relación a la religión cristiana, la amapola representa la desaparición como un tiempo de tranquilidad mientras se duerme para toda la existencia. Esta metáfora tiene sentido cuando averiguamos que el color rojo de los pétalos de esta flor simbolizan la sangre del cristo crucificado. En temas de resurrección e inmortalidad (la salvación del alma), esta flor jamás muere realmente, sólo se moderniza y sube.
¿Interesado en más simbologías?
→ 70 animales, aves e insectos y su simbología