Debemos ser agradecidos y sugerir a través de los ángeles y serafines por dejarnos recibir al Señor y escuchar su llamado divino a través de la Sagrada Comunión; debido a que este es una sacramento muy destacable que te llena de vida al recibirlo. Es por ello que a continuación te exponemos la oración a los ángeles y serafines para después de comulgar.
Oraciones a los ángeles y serafines para después de la comunión
Bendice al Señor, todos ustedes sus ángeles, ustedes que son poderosos en fuerza y hacen su intención.
Intercede por mí En el trono de Dios, y por tu supervisión incesante, protejánme de todo compromiso de alma y cuerpo.Todos ustedes sus ángeles, ustedes que son poderosos en fuerza y hacen su intención. Intercedan por mí en el trono de Dios, y por tu supervisión incesante, protégeme en todo compromiso de alma y cuerpo.
Obtén para mí la alegría de la perseverancia final, para que después de esta comunión consigua ser aprobado en su gloriosa compañía y cante con ustedes las alabanzas de Dios por toda la eternidad.Oh, todos ustedes, santos Ángeles y serafines, Tronos y Dominaciones, Principados, Poderes y Virtudes del cielo, Querubines y Serafines, y primordialmente tú, mi amado Ángel Guardián, intercedan por mí y obtengan por mí el favor especial que ahora mismo les pido. Amén.
Les doy gracias, ángeles y serafines, por venir a la tierra por nuestro bien y por instituir este adorable Sacramento para seguir estando con nosotros hasta el propósito de todo el planeta. Te agradezco por ocultarte bajo la clase eucarística tu sin limites majestad y hermosura, que tus ángeles se deleitan en contemplar, para que yo consigua tener el valor de acercarme al trono de tu misericordia. Te agradezco, amado Jesús, por haberte hecho mi comida y por descansar sobre esta lengua, que tantas oportunidades te ha ofendido, y por entrar en este cuerpo, que tantas oportunidades mereció ser visitado con tu furia. Te agradezco por unirme a ti mismo con tanto amor en este increíble Sacramento que puedo vivir en ti.
Les doy gracias, ángeles y serafines, porque permitieron que Dios se entregara en este Santísimo Sacramento, y por haberlo enriquecido con los bienes de su amor, tal es así que no tienen más grande don para darme. Les agradezco no solo por transformarte en mi alimento, sino también por sugerirte a ti mismo como un sacrificio continuo a tu Padre Eterno por mi salvación. Amén
Te doy gracias, Sacerdote divino, por sugerirte por día como sacrificio en nuestros altares, en adoración y homenaje a la Santísima Trinidad, y por enmendar nuestras adoraciones pobres y miserables. Gracias ángeles y Serafines por aceptar actualizar en este sacrificio períodico el sacrificio real de la cruz brindado en el Calvario, en el que satisfaces la justicia divina para nosotros los pobres pecadores.
Te agradezco, amado Jesús, por haberte convertido en una víctima invaluable para merecer la plenitud de los favores celestiales. Ángeles y querubines, despierten seguridad en Dios para que que su plenitud consigua descender cada vez más fructíferamente sobre mi alma. Les agradezco por ofrecerse en acción de a través de Dios, por todos sus beneficio, espirituales y temporales. A través de ustedes espero recibir la alegría de la perseverancia, una muerte santa y una eternidad feliz. Amén.