oraciones para adorar al santísimo sacramento del altar

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La oración al santísimo sacramento del altar es una liturgia que en la fe católica frecuenta hacerse siempre. Todos los creyentes tienen que abarcar estas oraciones para poder llevarlo a cabo cuando lo necesitemos. Ten presente que las oraciones son un recurso que podemos usar siempre que sentimos la necesidad, no debemos hacerlas sin fe, sino con el verdadero sentimiento en nuestro corazón de que lo que estamos llevando a cabo es un acto espiritual y, como tal, debe tomarse seriamente. Para eso te alcanzamos algunas oraciones para alabar al santísimo sacramento del altar.

Oraciones de alabanza al santísimo sacramento del altar

Estas oraciones se hacen, en la mayoría de las ocasiones, para rendir culto a nuestro Señor Jesucristo, reconociendo el sacrificio que logró por la raza humana en la cruz del Calvario.

Te adoro Señor con la Santísima Virgen María, con todos los ángeles y santos. Te alabamos Señor, te bendecimos, te amamos, te adoramos y te brindamos gracias en reparación por todos esos que no te alaban, no te bendicen, no te amo, no te adoro y no te doy las gracias.

Te adoramos Señor por tu ser inmutable, por tus infinitas perfecciones y por habernos creado de la nada.
Te adoramos Dios Eterno, sin inicio ni fin. Te adoramos en tu Omnipotencia, Omnipresencia y Omnisciencia. Te adoramos, Señor Dios, Rey grande y poderoso. Puedes realizar todo, lo sabes todo, lo ves todo, vienes a todas tus criaturas con tu sin limites misericordia.

 

Te adoramos, Señor Dios Altísimo. Desde la altura más alta se exploran los abismos sentados en querubines. Penetras en la parte más profunda del corazón del hombre. Estás cubierto de rayos, luz inaccesible, majestad y gloria. Eres magnífica, hermosa y vigorosa en todos tus atributos: en tu Amor, Amabilidad, Hermosura, Caridad, Divinidad, Felicidad, Alegría, Sabiduría, Justicia, Poder y Sabiduría. Eres grandioso en tu Divina Misericordia, Compasión y Clemencia. Amabas tanto a los hombres que enviaste a tu Hijo unigénito, Nuestro Señor Jesucristo, al planeta para que algún persona que cree en Él no perezca, sino que tenga Vida Eterna.

Te adoramos, Señor Jesús. Descendiste de la alegría de tu Padre celestial y te humillaste participando en nuestra naturaleza humana. Te uniste a la sangre y la sustancia de la Santísima Virgen María y fuiste concebido en su vientre virginal por el poder del Espíritu Santo. Naciste para ser la Luz de todo el planeta, nuestro Sendero, nuestra Verdad y nuestra Vida, nuestro Dios, nuestro Señor, nuestro Rey y nuestro Salvador. Nos amaste tanto que diste tu vida por nosotros a través de tu muerte en la cruz. Sufriste los superiores tormentos, insultos y humillaciones. Y por tus santas lesiones nos has curado, por tu Hermosa Sangre nos has salvado. Por tu muerte nos has dado vida. Te brindamos gracias Señor Jesús. Te adoramos Oh Señor.

Padre Eterno, te brindamos el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Hijo más amado, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación por nuestros fallos, los fallos de todo el planeta entero y las almas del Purgatorio. Te adoramos Oh Señor. Amén

 

Mi Señor Jesucristo, quien por el cariño que nos tienes, permanece día y noche en este Sacramento, lleno de compasión y amor, esperando, llamando y dando la bienvenida a todos los que vienen a visitarte. Creo que estás que está en el Sacramento del Altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te agradezco por todas las gracias que me has dado hasta esta época, y en particular, por haberme dado a tu Santísima Madre María como mi abogada y por haberme llamado a visitarte en este Iglesia.

Ahora mismo saludo a tu Corazón más Amoroso, y esto por tres fines: primero, en acción de gracias por este colosal regalo; segundo, enmendarte por todos los ultrajes que recibes en este Sacramento de todos tus contrincantes; tercero, con esta visita pretendo adorarte en todos los sitios de la tierra en los que estás que está en este Sacramento y en los que eres el menos venerado y el más abandonado.

Mi Jesús, te amo con mi corazón. Me duele haber ofendido hasta esta época tantas oportunidades tu sin limites amabilidad. Me sugiero por tu felicidad jamás más ofenderte por el tiempo venidero; y ahora mismo, aunque soy miserable e indigno, me consagro a ti sin reservas. Te doy y renuncio a toda mi intención, mis afectos, mis deseos y todo lo que poseo. Desde en este momento, úsame a mí y todo lo que tengo como quieras. Todo lo que te pido y deseo es tu santo amor, perseverancia final y el particular cumplimiento de tu intención.

 

Te sugiero las almas del Purgatorio; pero principalmente esos que tenían la más grande devoción al Santísimo Sacramento y a la Santísima Virgen María. También les sugiero a todos los pobres pecadores.
Y por último, mi amado Salvador, combino todos mis afectos con los afectos de tu Corazón más amoroso, y los ofrezco contigo a tu Padre Eterno y le ruego por tu bien y por amor a ti, amablemente para aceptarlos y concederlos. Amén.

Bendito sea Dios
Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea Su Sagrado Corazón.
Bendita sea su sangre más hermosa.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo, el paracleto.
Bendita sea la colosal Madre de Dios, María santísima.
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su marido más casto.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

Que el corazón de Jesús, en el Santísimo Sacramento, sea alabado, adulado y amado con aprecio complacido, en todo momento, en todos los tabernáculos de todo el planeta, de hecho hasta el propósito de los tiempos. Amén.

 

Recibo este día la luz, la paz y la misericordia
del bendito señor de todos los cielos;
recibo a Jesús en cuerpo y alma
para que mi vida se llene de gratitud, anhelo, felicidad,
carisma y seguridad antes de tu visita;
me mantengo en lo más profundo de mí
Doy pecho a la fe sagrada que me posibilita
Mantenerme a flote en tiempos de crisis;
Disfruto de la esa de la compañía del cielo
Antes del viaje de esta mi vida que
está cubierta por lo más santo.
Tomo este sacramento en mi alma
y recibo con misericordia, benevolencia y amor.
Que la paz del espíritu esté con todos nosotros
y que la cortina de la oscuridad se vaya cuando aparezca
mi fe. Amén

Sublime Sacramento, te adoramos
en este Altar, porque el Anticuado Testamento
le dió al Nuevo su lugar.
Ven a la fe por suplemento,
los sentidos finalizados.

Cantemos al Padre Eterno,
y a Jesús, el Salvador;
Al Espíritu exaltemos,
En la Trinidad, Amor eterno:
Al Dios Uno y Trino le brindamos la
alegría de la alabanza. Amén

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