Todos queremos comprender cuál es el secreto del éxito para nuestras vidas o cuál es la forma precisa de conseguirlo. En todo lo que hacemos, siempre tenemos un propósito común: vencer. De hecho, no hay recetas o trucos infalibles para hallar el éxito. Todos nosotros debe comprender cuál es el más considerable sendero y cuáles son las configuraciones que debemos realizar para conseguirlo. En la vida profesional buscamos que nuestro trabajo sea valorado, reconocido y recompensado, es por ello que a continuación te alcanzamos más de una oración para vencer en el trabajo.
Oración católica para que me vaya bien en el trabajo
Nos encontramos haciendo un trabajo para recibir el dinero que nos posibilita vivir y también sentirnos útiles en la sociedad y llevar a cabo nuestro potencial intelectual al máximo. Siempre es bueno escuchar una asistencia, elogios, críticas positivas. Siempre se siente bien poder exceder nuestros propios límites y hallar buenos resultados; con las siguientes oraciones lograrás eso y muy más.
Señor, te agradezco por la forma en que me hiciste, por los numerosos dones y talentos que has puesto dentro de mí, y confío en que soy la conveniente persona para este trabajo. Estoy complacido por todas y todas las personalidades con las que trabajo, de hecho aquellas que no me agradan ni entiendo principalmente.
Te estoy pidiendo que me centres en hallar los objetivos que me propuse cumplir durante mi tiempo en este puesto. Dame sabiduría y discernimiento en el trabajo, de hecho en la mitad de un ámbito hostil. Ayúdame a estudiar lo que quieres enseñarme aquí, y dame paciencia mientras me preparas para el futuro. Ayúdame a sugerir lo relevante de mí y a mantenerme siempre positivo y esperanzado. Silencia las quejas y las decepciones de mi corazón con tu paz inigualable, y permítame confiarte mi trabajo.
Vísteme con las vestiduras de alabanza y la justicia de Cristo para que consigua traerte gloria donde trabajo. Permíteme abarcar mi verídica identidad, caminar a tu favor y intentar complacerte más que esos con quienes trabajo. Donde haya contención, déjame ser un pacificador. Donde hay engaño, déjame decir la verdad. Donde hay desesperación, déjame traer promesa. Donde hay miedo, déjame traer fe. Donde hay oscuridad, déjame traer luz. Donde hay tristeza, déjame traer alegría. Estas cosas las pido en el nombre de Jesús. Amén.’ Donde hay miedo, déjame traer fe. Amén
Glorioso San José, modelo de todos los que se llenan al trabajo, me logras la alegría de trabajar concienzudamente, poniendo el llamado del deber por arriba de mis numerosos pecados; trabajar con agradecimiento y alegría, sabiendo que es un honor utilizar y desarrollar, por medio del trabajo, los dones recibidos de Dios; trabajar con orden, paz, prudencia y paciencia, jamás rendirse al cansancio o las dificultades; trabajar, más que nada, con pureza de intención, y con desapego de sí mismo, teniendo siempre la desaparición frente mis ojos y la cuenta que debo rendir del tiempo perdido, del talento perdido, del bien omitido, de la vana complacencia en el éxito tan mortal para el La obra de Dios. Todo por Jesús, todo por María, todo según tu ejemplo, oh patriarca José. Tal será mi lema en la vida y la desaparición. Amén.
Señor, te agradezco la forma en que me hiciste. Por los numerosos dones y talentos que me has otorgado. Padre, confío en que soy la conveniente opción para este trabajo. Estoy complacido por todas y todas la multitud con las que trabajo. Incluso los que no me agradan ni entiendo principalmente.
Rezo para que mi enfoque esté en hallar los objetivos que me has propuesto poder durante mi tiempo en este puesto. Concédeme sabiduría y discernimiento en el trabajo, de hecho en la mitad de un ámbito hostil. Ayúdame a estudiar lo que quieres enseñarme aquí, y dame paciencia mientras me preparas para el futuro.
Padre, ayúdame a sugerir lo relevante de mí y a mantenerme siempre positivo y esperanzado. Detén las quejas y decepciones de mi corazón con tu paz inigualable. Además, permíteme confiar en ti en mi trabajo. Cúbreme con las vestiduras de alabanza y la justicia de Cristo para que consigas traerte gloria donde trabajo.
Señor, déjame comprender mi verídica identidad, caminar a tu favor y apuntar a complacerte más que a esos con quienes trabajo. Donde haya fricción, déjame ser un pacificador. Donde hay mentiras, déjenme decir la verdad. Padre, donde hay desesperación, déjame traer promesa. Donde hay miedo, déjame traer fe. Señor, donde hay oscuridad, déjame traer luz. Donde hay tristeza, déjame traer alegría. Estas cosas las pido en el nombre de Jesús. Amén.
Dios Todopoderoso, cuyas manos aseguran todos los asuntos de la vida, dame la alegría del éxito en el trabajo que hago. Ayúdame a pensar detenidamente y a prestar la atención estricta que conducirá al éxito.
Cuídame y gobierna mis acciones, para que no estropee su perfección. Muéstrame cómo sugerir lo relevante de mí y tienes que despreciar el trabajo escencial para completarlo.
Haz que mi vida sea triunfadora, en que cada deber que me das, lo hago bien. Dame la bendición de tu asistencia y guía, y no permitas que falle. Amén.