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Descubre el poder de la oración
El Papa Juan Pablo II celebró, en 1986, el primer Día Mundial de Oración por la Paz, al que asistieron representantes de diferentes religiones cristianas y otras organizaciones. Este día se celebra con cultos en varias religiones. Juan Pablo II quería mostrar que es posible que todas las religiones y creencias vivan juntas en paz y sean instrumentos para construir armonía en las comunidades y entre los pueblos.
Orar es la forma en que el hombre busca fuerza en Dios sin discriminar contra la religión. La persona que ora se beneficia del poder de su propia oración. Esta es la razón por la cual el Día Mundial de Oración es celebrado por líderes de todas las religiones y personas comunes, que dedican todo el día especialmente a las oraciones. Esta fecha está destinada a todas las doctrinas que utilizan las oraciones como una forma de interceder para la realización de beneficios para la humanidad.
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En todas las religiones hay personas que forman grupos de oración, que se reúnen en un día particular de la semana o mes para pedir salud, empleo, mejores condiciones de vida, paz interior, paz en el mundo. Pero también debemos recordar agradecer todo lo que Dios nos da, no importa cuán simple sea, como el aire que respiramos, el trabajo, la comida, la salud, porque todo esto es de suma importancia en nuestras vidas. Cuando muchas personas oran juntas, es posible sentir el poder de la oración más intensamente.
Los padres pueden y deben enseñar a sus hijos pequeños a amar a Dios y a orar. Una familia que trabaja la espiritualidad unida está más estructurada, tiene armonía, amistad y respeto y, por lo tanto, es más difícil ser destruida por conflictos externos.
El poder de la oración no ve raza, color o religión. Todos los que creen en un poder superior pueden recibir un momento de silencio y meditación con esta fuerza superior.
El poder de la oración por la divina presencia
Llamar a la presencia divina cerca es una forma de sentir el poder de la oración incluso después de orar. Todos los días, busca inspiración en estas palabras para vivir mejor:
“Dios, dame toda la fuerza y el poder, dame hoy la seguridad de tu amor y la certeza de que estás conmigo.
Te pido ayuda y protección hoy porque necesito tu ayuda y tu misericordia.
Quítame el miedo que me invade, quítame la duda que me perturba.
Aclara mi espíritu abatido con la luz que ha iluminado el camino de tu divino hijo Jesucristo aquí en la tierra.
Que pueda, Señor, darme cuenta de toda tu grandeza y tu presencia en mí. Sopla tu espíritu en mi alma para que sienta mi interior fortalecido con tu presencia, minuto a minuto, hora a hora, día a día.
Que pueda sentir tu voz dentro de mí y a mi alrededor y, en mis decisiones, entender cuál es tu voluntad.
Que pueda sentir tu maravilloso poder a través del poder de la oración, y con este poder que mi persona sea golpeada por el milagro que puedes realizar en mi nombre, suavizando mis problemas, calmando mi espíritu, aumentando mi fe.
No me abandones
Oh Señor Jesús, quédate conmigo para que no me desespere y te olvide.
Levanta mi espíritu cuando lo encuentres abatido.
Ayúdame a seguirte sin dudar y sin mirar atrás.
Te doy este día toda mi vida y la vida de toda mi familia.
Líbranos de todo mal que pueda ser dirigido hacia nosotros, incluso si es por milagro. Sé, Señor, que me atenderás, porque me amas y me escuchas con amor.
¡Te doy gracias, mi Dios y mi Padre, y aunque estoy inquieto, te lo suplico!
Dame el poder de aceptar, sobre todo, que tu voluntad se haga en mí, no en la mía.
Que así sea.»