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Oración de san Gabriel
«Portador de las buenas noticias, cambio, sabiduría e inteligencia.
Arcángel de la Anunciación, trae mensajes buenos y optimistas todos los días.
Hazme también un mensajero, pronunciando solo palabras y obras de bondad y positivismo.
Concédeme el alcance de mis objetivos.
¡Glorioso San Gabriel, ruega por nosotros! Amén! «
Oración de San Gabriel para abrir los caminos
“San Gabriel, Santo Arcángel, ustedes que son conocidos como los portadores de los secretos de Dios, destinados especialmente a sus elegidos, nosotros los hijos de Dios estamos constantemente vigilando el mensaje de Dios. Que por su poderosa intercesión recibamos las palabras y los mensajes de Dios para que, junto con María, nuestra Madre, podamos glorificar y alabar al Señor.
Que también podamos irradiar el amor de Dios a los demás a través de nuestros actos ejemplares. Oh San Gabriel, danos la gracia de representar ante Dios el Padre las siguientes peticiones (haz tu petición) a través de Jesucristo nuestro Señor, junto con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración al Ángel San Gabriel
“Oh poderoso Arcángel San Gabriel, tu aparición ante la Virgen María de Nazaret trajo al mundo, que se sumió en la oscuridad, la luz. Así hablaste a la Santísima Virgen; «Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo … el Hijo que nace de ti será llamado el Hijo del Altísimo».
San Gabriel, intercede por nosotros con la Santísima Virgen, Madre de Jesús, Salvador. Quita del mundo la oscuridad de la incredulidad y la idolatría. Brilla la luz de la fe en todos los corazones. Ayuda a los jóvenes a imitar a Nuestra Señora en las virtudes de la pureza y la humildad. Dale fuerza a todos los hombres contra el vicio y el pecado. San Gabriel! Que la luz de tu mensaje que anuncia la redención de la humanidad ilumine mi camino y guíe a toda la humanidad hacia el cielo.
San Gabriel, ruega por nosotros, amén. «
Oración de san Gabriel
“Tú, Ángel de la Encarnación, fiel mensajero de Dios, abre nuestros oídos para que podamos captar incluso las sugerencias más suaves y las súplicas de gracia del corazón más amable de nuestro Señor. Le pedimos que se quede siempre con nosotros para que, entendiendo bien la Palabra de Dios y sus inspiraciones, podamos obedecerlo, cumpliendo dócilmente lo que Dios quiere de nosotros. Haznos siempre disponibles y vigilantes. ¡Que el Señor, cuando venga, nos encuentre no durmiendo, sino atentos a su llamado!
Amén! «