Salmo para el miedo y la ansiedad

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El miedo puede paralizarnos y, en relación de la situación, podemos sentir la tentación de rendirnos o huír. Esta podría ser la conveniente solución a la crisis, pero frecuentemente el miedo nos alejará de algo con lo que debemos lidiar. De lo contrario, viviremos el resto de nuestras vidas con miedo y jamás lo superaremos. Dios quiere confirmarnos que no tenemos argumentos para tener miedo. Él está a nuestro lado y está allí para defendernos y proveer la fuerza que necesitamos para vencer nuestros miedos.

Si te encuentras peleando con el miedo o te sientes ansioso por dentro, los Salmos para no tener miedo que exponemos a continuación tienen la oportunidad de guiarte a encontrar la paz.

 

Salmos para instantes de angustia

Recuerda, la Biblia es un colosal recurso para guiarte a disfrutar de una visión saludable de la vida. Te ten presente que cuando eres débil, ¡Él es fuerte! Entonces, en instantes de preocupación, miedo y ansiedad, deposita tus intranquilidades sobre el Señor  para encontrar fortaleza y consuelo.

 

Salmo 27: 1-3
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quien temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré miedo? Cuando los malvados, de hecho mis contrincantes, vinieron sobre mí para comer mi carne, tropezaron y cayeron. Aunque un ejército debe acampar contra mí, mi corazón no temerá: aunque la guerra se levante contra mí, en esto estaré seguro.

 

Salmo 34:18
El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado; y salva a los que tienen un espíritu contrito.

 

 

Salmo 56
Ten piedad de mí, oh Dios, porque los hombres me persiguen; todo el día presionan su ataque. Mis contrincantes me persiguen todo el día porque numerosos me atacan con orgullo. Cuando tengo miedo coloco mi seguridad en tí.

En Dios, cuya palabra alabo: en Dios confío, no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre. Todo el día tuercen mis palabras; todos sus pensamientos están en mi muerte. Conspiran, acechan, ellos miran mis pasos mientras esperan para quitarme la vida. Sin importar tal pecado, ¿escaparán?  En tu furia, oh Dios, derriba a las naciones.

Tuviste presente mis andanzas. Pon mis lágrimas en tu botella ¿No están en tu libro? Entonces mis contrincantes se retirarán en el día que lloro por asistencia. Con esto sabré que Dios está de mi lado. En Dios, cuya palabra alabo, en Jehová, cuya palabra alabo, en Dios confío; no tendré miedo.

¿Qué puede hacerme el hombre? Tus votos están sobre mí, oh Dios; te daré ofrendas de agradecimiento. Porque has librado mi alma de la desaparición, y mis pies de tropezar, para que camine enfrente de Dios a la luz de la vida.

Salmo 61:1-3
Escucha mi clamor, oh Dios; atiende mi oración. Desde el propósito de la tierra, clamaré a Ti, cuando mi corazón esté abrumado: llévame a la roca que es más alta que yo. Porque has sido un refugio para mi y una torre fuerte del enemigo.

 

 

Salmo 91
Ustedes que habitan en el refugio del Altísimo, que están a la sombra del Todopoderoso, comenten al Señor: “Mi refugio y fortaleza, mi Dios en quien confío”.
Él te rescatará de la trampa del cazador, de la plaga demoledora, te protegerá con sus piñones, y bajo sus alas puedes refugiarte; su fidelidad es un escudo asegurador.

No temerás al terror de la noche, ni a la flecha que vuela de día, ni a la peste que deambula en la oscuridad, ni a la peste que asola al mediodía. Aunque mil caigan a tu lado, diez mil a tu mano derecha, cerca de ti no vendrá. Simplemente necesitas mirar; el castigo de los impíos verás. Debido a que tienes al Señor como refugio y hiciste del Altísimo tu fortaleza, no te sobrevendrá el mal, ninguna aflicción se acercará a tu tienda.

Porque él ordena a sus ángeles en relación a ti, que te guarden donde sea que vayas. Con sus manos te apoyarán, para que no golpees tu pie contra una piedra. Puedes pisar la víbora, pisotear al león y al dragón. Porque él se aferra a mí, lo entregaré; porque él sabe mi nombre, lo pondré en lo prominente.

Él me llamará y yo responderé; estaré con él en apuros; lo entregaré y le daré honor. Con largos días lo satisfaceré
y lo llenaré con mi poder salvador.

 

Salmo 118:6
El Señor está conmigo; no tendré miedo.¿Qué tienen la oportunidad de hacerme los simples mortales?

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