Salmos para calmar a una persona enojada

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La furia solo trae maldad y catástrofe, la furia no le forma parte a Dios, solo al contrincante. Cuando la persona está enojada, es como si estuviera embriagada, sin ver lo que dice o lo que hace, solo después de que la furia pasa, lamenta lo que logró. El leal siervo de Dios, que es sabio, independientemente de algún problema, jamás se desequilibra, oséa, no pierde el control por nada, porque sabe cómo controlar su furia y actúa de manera precisa, entregando sus problemas en las manos de Dios, porque él es nuestro mejor abogado.

Aquí, en este artículo, encontrará los particulares salmos para aplacar la íra de un sujeto, los cuales traerán gigantes enseñanzas de la Palabra de Dios y te ayudarán a ti o a la persona que esté pasando por estos problemas.

 

Salmos para calmar la furia de una persona

Salmo 28
“Te clamaré por calma, Señor; no te quedes callado conmigo; deja que no ocurra, cuando te callas conmigo, que me parezca a los que descienden al abismo; escucha la voz de mis ruegos, tranquilízame cuando levantes mis manos hacia tu sagrado oráculo; no me arrastres con los malvados y con los que practican la iniquidad, que hablan paz a sus vecinos, pero tienen maldad en sus corazones; Bendito sea el Señor, porque escuchó la voz de mis súplicas; el Señor es mi fuerza y ​​mi escudo, el Señor es la fuerza de su pueblo y el poder salvador de su ungido; Salva a tu pueblo y bendice tu herencia; calmarlos y exaltarlos para toda la existencia “.

 

Salmo 37
“No te acalores, pensando en los pésimos ni envidies a los que cometen maldad. Muy próximamente se marchitarán como la hierba, se secarán como el verdor de los prados. Confía en el Señor y haz el bien, habita en tu tierra y come relajado.
Pon tu alegría en el Señor, él te dará lo que ansió tu corazón. Encomienda al Señor tus compañias, confía en él que lo hará bien. Hará brillar tus méritos como la luz y tus derechos como el sol del mediodía. Cállate frente el Señor y espéralo; no te indignes por el aprovechador, por el que atropella al pobre y al pequeño. Calma tu enojo, renuncia al rencor, no te exasperes, que te haría mal. Debido a que los malvados serán extirpados y tendrán la tierra los que esperan al Señor.

Sólo un momento y por ahora no está el impío, si estas intentando encontrar dónde estaba por ahora no lo encontrarás. Los humildes heredarán la tierra y será grande su prosperidad. El malo complota contra el justo, y rechina los dientes contra él. Pero el Señor se broma de él, porque ve que le llega su hora.

Han desenvainado la espada los malvados y tensado su arco para matar al justo. Pero su espada les traspasa el corazón y sus arcos se rompen.
Al que es justo le va mejor con poco que al malvado con toda su riqueza. Porque al malo le quebrarán los brazos, en cambio a los justos los apoya el Señor. El Señor asegura los días de los buenos, su herencia será eterna. Cuando haya escasez no tendrán problemas y tendrán qué comer cuando arrecie el hambre.

Pero los impíos perecerán y sus hijos mendigarán el pan. Los que odian al Señor desaparecen como flores del prado, y se desvanecen como el humo. El impío pide fiado y no devuelve, pero el justo es compasivo y comparte. Los que él bendice poseerán la tierra, y los que él maldice serán eliminados.
El Señor guía los pasos del hombre; lo afirma si le gusta su conducta. Si el bueno cae, no se queda en tierra, porque el Señor lo tiene de la mano. Fui joven y ahora mismo soy viejo, pero jamás vi a un justo abandonado”.

 

Salmo 26
“Juzgame, oh Señor, porque he paseo en mi integridad; he confiado en el Señor sin dudar. Examíname, Señor, y pruébame; busca mi corazón y mi cabeza. Porque tu misericordia está frente mis ojos, y he andado en tu verdad. No me he sentado con hombres falsos, ni me asocio con engañadores.
Odio la reunión de malhechores; no me sentaré con los malvados. Me lavo las manos con inocencia; y así, oh Señor, me acerco a tu altar para realizar oír la voz de alabanza y contar todas tus maravillas. Señor, amo tu lugar de vida y el sitio donde permanece tu gloria. No coseches mi alma con la de los pecadores, ni mi vida con la de los hombres sangrientos, en cuyas manos hay daño, y cuya mano derecha está llena de sobornos.

En relación a mí, sin embargo, sendero en mi integridad; rescátame y ten compasión de mí. Mi pie está permanente en lote plano; en las congregaciones bendeciré al Señor.”

Esperamos que los salmos para aplacar la íra de un sujeto te hayan sido de mucha asistencia para hallar tu propósito de calmar la furia de alguien.

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