En la catequesis, no debemos dejar de comentar y proveer instantes íntimos con un Dios afectivo. ¿Cómo constituir una actitud de oración en la práctica de la catequesis? La oración es un diálogo de todos nosotros con Dios.
Para un óptimo diálogo, es primordial comprender comentar y comprender escuchar.
Cuando estamos hablando de comentar con Dios, es más difícil, principalmente al escuchar lo que Dios quiere de nosotros o lo que debe decirnos. Esto hay que en parte a nuestro sistema de vida muy agitado, inmediato y materialista. Pero, siempre es hora de comenzar o perfeccionar, cada vez más, el hábito de rezar. Si el catequista mismo no sabe rezar, no tiene una experiencia de oración, será difícil atraer a los catequizados a esta experiencia. Para que esto no pase, a continuación te exponemos más de una oración para empezar la catequesis.
Oración para comenzar la catequesis infantil
Toma, Señor, y recibe toda mi independencia, mi memoria, también mi comprensión y toda mi intención. Todo lo que tengo y poseo me lo has dado con amor:
Todos los dones que me has dado, con gratitud, vuelvo a ti; disponer de ellos, Señor, según tu intención. Dame solo tu amor, tu felicidad. Eso es muy, nada más quiero soliciar. AménSeñor Jesús, unidos, queremos comentar muy de cerca a tu corazón, en este preciso momento. Queremos tener tu vida en nosotros y caminar por tus caminos. Queremos ver que su presencia siempre continúe entre nosotros y en la Iglesia. Queremos estar siempre cerca de tu corazón y tu amistad. Y para tener esto, queremos insistir ahora mismo que, por su felicidad, numerosos jóvenes están llamados a vivir en total distribución y servicio al pueblo de Dios.
¡Que tengamos curas, religiosos y ministros santos, para que tengamos la oportunidad sentir su presencia de amor, su paz y salvación!
Te lo pedimos con colosal seguridad, por intercesión de la Virgen María, tu Madre, a ti que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo. AménHagamos la señal de nuestra Fe, invocando a la Santísima Trinidad: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Inspira, oh Dios, nuestras reacciones y ayúdanos a llevarlas a cabo, para que en ti todo lo que hacemos empieze y concluya para ti.
Y para que con más grande perfección, tengamos la oportunidad disfrutar los frutos de esta reunión, dándonos, no por nuestros méritos, sino por nuestras pretenciones, el cariño de Cristo, la obediencia de tu madre: la Santísima María, la paciencia de Job y el sabiduría de Santo Tomás de Aquino.Oramos, por intercesión de la siempre Santísima María Santísima, Reina del Cielo y de la Tierra, Madre de Dios y de la Iglesia, Virgen Sensato, modelo de Santidad, Reina de los Ángeles, Reina de los Confesores, Espejo de la Perfección, Refugio de Pecadores, Consoladores de los Afligidos y Reina de la Paz, de San Francisco y todos los demás santos, que no dejan de interceder por nosotros, para ayudar a nuestros cohermanos dándoles perseverancia y valor para seguir.
Renueva los Siete Dones del Espíritu Santo a tus catequistas y digna transmitir tu palabra y toda la doctrina de tu Iglesia que nos reveló de forma precisa. Del mismo modo, brinda a los Padres las gracias primordiales para que siempre sean un caso de exhibe de Santidad.
Llénanos de la Felicidad que viene de lo prominente, iluminando nuestras mentes y repeler el espíritu maligno, guiándonos a través de Tu Felicidad, para que siempre seamos “Sal de la Tierra y Luz del Mundo”. Por lo tanto, Padre Celestial, apelamos en oración suplicante para que nuestras oraciones logren ser respondidas sin demora.Oh Señor, escucha mi oración, inclina tus oídos a mis súplicas; escúchame
según tu verdad y según tu justicia. Por Cristo nuestro Señor. AménEspíritu Santo, viniste a la Iglesia en Pentecostés para ser nuestro ayudante y guía. Le diste poder a los apóstoles para vencer el miedo, continuar con seguridad y cumplir su misión. Le pedimos que esté con nosotros ahora mismo al comenzar este nuevo año de catequismo. Danos valor al abarcar gente novedosa y estudiar noticias. Ayúdanos a rendir al máximo de nuestras habilidades. Fortalécenos mientras continuamos formando para la misión de nuestra vida. Amén